Pocos momentos tendrás en la vida tan decisivos como el instante en el que materializas lo que querías ser de mayor. Si tu llamada te impulsó a estudiar trabajo social es porque posees aptitudes de trabajador social y sentiste una clara vocación profesional. Esta especialización implica velar por el bienestar y el acceso a las ayudas necesarias para individuos en situación de vulnerabilidad. Una tarea ardua, pero también muy enriquecedora a nivel personal.
¿Qué hace un trabajador social?
Un trabajador social enfocará todos sus esfuerzos a mejorar la situación de exclusión o vulnerabilidad de un individuo, familia o colectivo. Su función principal es conocer su situación mediante entrevistas, localizar qué necesidades tiene y darle acceso a la información. También, tomar distintas medidas de actuación disponibles para su caso. Así pues, dependiendo de cuál sea tu área de especialización, tendrás que enfrentarte a casos de violencia, exclusión, adicciones, integración, mediación, problemas laborales, conflictos familiares y un largo etcétera.
Según el Consejo General del Trabajo Social hay 40 000 trabajadores sociales tan solo en España y 500 000 en todo el mundo. Si lo que deseas es estudiar trabajo social, demostrar tu potencial y destacar por encima del resto, tendrás que pulir y sacar brillo a tus aptitudes de trabajador social. La excelencia la tendrás asegurada si cuidas el detalle a una serie de habilidades que, aunque pueden ser innatas, también pueden perfeccionarse con estudio, formación y experiencia.
Las 7 habilidades clave para un buen trabajador social
Cuando hablamos de habilidades, nos referimos a ese conjunto de aptitudes que una persona posee y que son de vital importancia para hacer bien sus funciones. En el caso del trabajador social, muchas de estas habilidades puede que las tengas de manera natural, dado que has sentido el impulso de dedicar tu vida a ayudar al resto. Estas siete cualidades son, de alguna forma, los ingredientes de un trabajador social ejemplar y que debería respetar siempre.
Principios humanos
Puede resultar obvio, pero un buen trabajador social siempre respetará y apreciará al prójimo. Todo individuo merece un respeto, sean cuales sean sus circunstancias personales. Si tu vocación profesional es esta, tus principios y valores deberán estar enfocados en la tolerancia y el respeto; algo de lo que harás alarde tanto dentro como fuera de tu profesión.
Comunicación y escucha activa
Al trabajar directamente con otras personas, tener habilidades de comunicación es algo esencial para ti. Por un lado, deberás tener contacto directo con profesionales de otras áreas como médicos, abogados o policías. Pero también estarás en estrecha relación con personas en circunstancias de necesidad. Y ahí es donde entra en valor la escucha activa. Importante es saber transmitir los mensajes con claridad, pero también entender con claramente qué le sucede a la otra persona, identificar sus necesidades y carencias.
Temple
Te verás en situaciones complicadas. La sangre fría es una virtud, igual que la prudencia, y saber actuar de forma acertada a veces requiere dar un paso atrás, analizar y después actuar.
Empatía e inteligencia emocional
Relacionado con el punto anterior está la relevancia que cobra la inteligencia emocional en el ejercicio del trabajo social. Un buen profesional debe empatizar con sus clientes, saber por lo que ha pasado y en qué punto se encuentra. Consiguiendo descifrar tanto sus palabras como su comunicación no verbal. Dominar este punto te ayudará a encontrar una mejor y más acertada solución para cada caso. Eso sí, ten en cuenta la siguiente habilidad para no caer en riesgos.
Establecer límites
La empatía tiene el peligro de identificarnos con nuestro cliente e implicarnos más de lo recomendado en la tarea de velar por su integridad. Para ello es muy importante establecer límites y respetar eso que suele decirse de “no llevarse el trabajo a casa”. Si no quieres ver cómo las emociones se desbordan de tal forma que puedan entorpecer tu trabajo, lo mejor es respetar un horario de trabajo fijo. Durante esas horas podrás orientar tus esfuerzos y recursos en ayudar a tus clientes, pero fuera del entorno debes centrarte en ti mismo.
Talento organizativo
Este trabajo puede resultar agobiante y estresante, por lo que una buena gestión del tiempo y de los recursos disponibles es necesaria. Tendrás que manejarte en modo multitarea, sabiendo dar prioridad a cada trabajo. Optimizar los recursos y confiar en las listas de planes de acción, metas y objetivos para aumentar la productividad.
Destreza institucional
Es importante que tengas una buena relación con la Administración Pública y distintos organismos e instituciones que puedan ayudarte en tu labor. Conocer tu campo de trabajo te permitirá encontrar una pronta solución al problema al que te enfrentas.
En definitiva, si tienes aptitudes de trabajador social buscarás la excelencia en tu desempeño. De ahí que confiamos en que protejas estas siete habilidades para demostrar que eres un profesional y que con pequeñas acciones podemos mejorar el mundo. No dudes en contar con nosotros para conseguir tu objetivo. ¡Potencia tus habilidades en nuestras clases!